Followers

Meet The Author

23/2/14

Pero no me importa, fíjate.

23/02/14


Hay ocasiones en las que ser tu mismo no basta. Días que la máscara no funciona. Días en que no la encuentras o simplemente no te la quieres poner. Hay días en los que simplemente no te apetece ser otra persona. Días en que lo dejarías todo, perderías aquello por lo que llevas tanto luchando sólo porque ya te da igual, o porque estás cansado de fingir. No es fácil mantenerlos a todos alejados de quien eres realmente. Y aunque te gustaría tirar la toalla, no lo haces, porque no está justificado... Los domingos sacan lo peor de mí. Y algunos ya lo saben, otros lo sospechan, muchos de ellos no tardarán en averiguarlo, pero da igual. Siempre habrá una excusa, una mentira, un plan. Una máscara nueva, otro comienzo.
No puedo apostar contra mi misma. Colecciono las cicatrices de las guerras que mantengo aveces contra mí. Y ya dudo de qué duele más, si son los cortes o la sensación de saber que gane quién gane, ya sea la máscara que llevo cada día, o sea la parte de mí que trato de esconder a toda costa, habré perdido. 
Llegas un poco tarde.

19/2/14

Para no volverte a ver

Mis horas vuelan, los días siguen pasando y no he encontrado ninguna fórmula, ni mágica ni matemática que me haya enseñado a parar el tiempo. Te empiezo a echar de menos, y aún no te he perdido. Pero pasará. Mi subconsciente me ha declarado la guerra. No quiere que te vayas, y en realidad yo tampoco. Salgo a la calle sin paraguas cuando llueve para que la lluvia ahogue tu recuerdo, y me hundo en los charcos que no me llegan ni a la suela del zapato. El sol está en huelga desde que te has ido... Y en las noches, aunque son eternas, no duermo. A veces sueño, sueño contigo. Es la cura de mi subconsciente contra el mal de amores. Cree que así no te olvidaré. Regusto amargo por las mañanas cuando descubro que no es real, que no estás ahí, que quizá nunca vuelvas a estarlo. ¿Podré recordarte siempre a base de noches inventadas? Tu cara está cada vez más borrosa, y tu voz es sólo un eco de lo que era. Lo que no olvido es el sonido de tu risa. Me sigues provocando sonrisas después de tanto tiempo... Cruel broma del destino es haberte conocido para luego perderte. Tenerte en sueños no me está ayudando, hace más profundo el vacío, hace más fuerte la sensación de echarte de menos. Triste melancolía. 


"Y ojalá te me borraras para siempre de mi vida para no volverte a ver.
Y ojalá y te me borraras por las noches en el día para no volverte a ver... ni en sueños".
-Maná.

9/2/14

Apostar nunca fue tan peligroso

09/02/14


Al principio era un juego. Mi juego. Era divertido pero se me fue de las manos. Debí haber sabido que las sonrisas y las miradas no me llevaban a ninguna parte. Pero ganaron mis ganas de probar suerte. Nada sabe mejor que ver como sonría, que hacer que se ría. Y es que prometo disfrutar de cada instante, de cada minuto como  si fuera último. Que esto es una especie de amor a contra reloj, amor con las horas contadas, amor con fecha de caducidad. Voy a grabar su recuerdo en mi cabeza, voy a atornillarlo, a graparlo, voy a esculpirlo. No voy a dar este juego por acabado. Quiero ganar, puedo ganar. Que todo en esta vida pasa por algo, y si tú has pasado por mi vida seguro que es para quedarte. Eres todo aquello que siempre quise y nunca pude tener... Y sé que estoy perdida, que pocas oportunidades me quedan, pero no me doy por vencida. Porque si decido tratar de olvidarlo va a doler, y si decido no olvidarlo también. Pero ya no me importa, porque quizás la próxima partida sea la mía, por fin. Quizá todo sea un plan que el destino cose y descose a placer. Quiero una segunda oportunidad, la merezco, juro que lo haré mejor.
Que para aprender de los errores, primero hay que equivocarse.

4/2/14

She is

04/02/14

"-No concibo la vida fingiendo ser otra persona.
-Ya finges ser otra persona." -The Prestige.

Pero la princesa perdió el castillo. Perdió el castillo y el norte. La princesa cambió la corona por la camisa de fuerza y los ventanales por barrotes. Cambió las paredes con cuadros lujosos y los jarrones caros por la estancia austera de muros blancos y acolchados, una celda no más grande que el baño más pequeño de su antiguo hogar. Ya no tiene súbditos, ni mayordomos, ni ama de llaves, sólo le queda una eventual compañera de celda con trastorno bipolar, que ríe y llora mientras grita que la odia pero que adora su compañía. Tiene miedo. La princesa perdió algo más que el brillo de su lustrosa melena, perdió la sonrisa y la esperanza. El sentido y la razón. La princesa padece anorexia, es una suicida narcisista que se autolesiona. Busca la muerte.
Pero a pesar de todo sigue siendo lista, todo lo guarda en su cabeza. ¿Quién sospechará de la joven princesa que corretea aparentemente feliz por los jardines de palacio? Lleva flores frescas en el pelo, a cambio, las espinas las tiene bien clavadas en el alma. Se desangra día a día y deja un reguero rojo de muerte tras de sí... ¿Quién podría sospechar que guarda todo un manicomio en su cabeza?

Pobre y desquiciada princesa, tan loca, tan perdida, tan muerta.

2/2/14

Malditos domingos que siempre sacan lo peor

02/02/14

Todo comenzó un domingo... Un maldito domingo... 

Nevaba, el cielo invitaba a quedarse en casa con una taza de café, un libro y la caja de recuerdos rotos. Pero hacía mucho que llevaba atormentándome, demasiado tiempo encerrada entre dudas, martirizándome por decisiones que aún no había tomado. Así que desoyendo toda lógica, retando al tiempo, me calcé las botas, me puse un jersey grueso y salí a la calle. Pronto sentí el helor calarme hasta los huesos, pero aún no me arrepentía. Caminaba cabizbaja, mirando las huellas que dejaban mis pies en el suelo. Quizás si que hay un destino que guía nuestros pasos, quizás hay una fuerza superior, un plan para cada uno de nosotros. Puede que en realidad, todo fuese fruto de la casualidad. Pero lo cierto es que cuando alcé la cabeza, y lo miré por primera vez, allí sentado, con un cigarrillo en la boca, con la mirada perdida, con una sonrisa mal disimulada, sentí que el mundo arrancaba a girar de nuevo, como si hubiese estado parado todo este tiempo, esperando a que yo me levantase de casa, me sacudiese el polvo y saliese de casa en busca de una razón para ser feliz. Yo lo miraba, no podía dejar de hacerlo, temía que si apartaba la vista, su cuerpo desaparecería, se esfumaría sin dejar rastro y yo no podía permitirlo.  Había encontrado mi motivo para levantarme cada mañana. Y sonreí, sonreí con la alegría de quién encuentra lo que ha estado buscando toda la vida. 
Alzó la vista y miró hacia donde yo estaba, quieta, como una estatua de nieve, allí, en mitad de la vía pública, las pocas personas que transitaban por la acera pasaban rápido rumbo a sus casas, huyendo del frío de la calle, y en cambio yo estaba quieta, entumecida a causa del aire congelado que parecía cortar, y recomfortada por  algo cálido que recorría cada milímetro de mi cuerpo y hacía que no quisiera mover ni un músculo, pero a pesar de todo él ni notó que estaba allí. Volvió a su cigarrillo. En cierto modo lo entiendo, cualquier cosa es más interesante que yo. Pero saberlo no evita que duela
Sacudí la cabeza tratando de deshechar cualquier idea, intentando apartarlo de mí antes de que me calase hondo, pero ya era tarde, lo único que conseguí fue quitar algunos copos de nieve que se habían enredado en mi pelo. Respiré hondo, y miré hacia el frente con decisión, di un paso, cerré los ojos con fuerza y suspiré. Cuando abrí de nuevo los ojos, lo busqué, pero ya no estaba. 



Volvía a casa con las mismas dudas, los mismos miedos, un nuevo recuerdo y unas ganas horribles de fumarme un cigarrillo.